El Seminario busca ante todo formar un hombre capaz de ser pastor según el corazón de Dios, decidido seguidor del Señor Jesucristo que transparenta la alegría de ser su discípulo.
En este sentido, el pastor para la Nueva Evangelización que se adelanta en nuestra diócesis, debe ser un hombre de vida humana y cristiana auténtica, capaz de trabajar en comunión con el obispo, sacerdotes, religiosos y laicos, que camina delante de las ovejas como líder, que es recio, de vida austera, generoso en la renuncia y en el sacrificio, capaz de compartir lo que es y lo que tiene.
Para el desarrollo de esta dimensión el Seminario ofrece los siguientes medios:
La convivencia interna con los formadores, compañeros y empleados.
Las integraciones grupales y generales.
Los actos comunitarios, las labores y oficios dentro de la casa.
Los espacios para compartir con la familia.
El Deporte
El acompañamiento e instrucción de los formadores.
La exigencia académica.
Entre otros...