La formación espiritual se entiende como un proceso de identidad con Cristo Pastor, Profeta y Sacerdote.

Se pretende hacer del aspirante al sacerdocio un hombre de oración profunda y de compromiso serio en el servicio a  Dios y a los hermanos. Su objetivo fundamental es formar  al  seminarista en el seguimiento radical de Cristo; para que, abierto a la acción del Espíritu, encarnado en una realidad concreta y en comunión con sus hermanos en el presbiterio, llegue a servir a la comunidad eclesial y a actuar en nombre de Cristo Cabeza.

Para el desarrollo de esta dimensión el Seminario ofrece los siguientes medios:

La Eucaristía

La Liturgia de las Horas

La Lectio Divina

La Meditación

Los Retiros Espirituales

La Dirección Espiritual

La Vivencia del Año Litúrgico

La Oración Personal y Comunitaria

El Silencio

El Culto Eucarístico

La Devoción a la Santísima Virgen María

GALERÍA FOTOGRÁFICA