
“Vanidad de vanidades, dijo el Predicador; vanidad de vanidades, todo es vanidad. ” Eclesiastes 1,2
Crear micro- relatos, con personajes que todos conocemos hace que cuestionemos nuestro proceder, pues la vida así lo exige, ese constante movimiento por ir en la búsqueda de grandes respuestas… Por eso una propuesta inicial será conocer la pregunta clave ¿Cuánto Amor he cultivado en el camino personal y comunitario?
…Ojalá podamos dar una respuesta sincera…
Primer micro-relato
Soy uno de tantos que lucha por la seguridad de una sociedad, la misma que en estos días ha logrado fortalecer en mí aquel sentimiento de temor, ¿temor a qué? ¿A morir en manos de aquellos por los que trabajo? Me pregunto esto mientras me refugio en un escudo que parece desintegrarse con cada piedra o ladrillo que recibe, pienso en mi esposa, aquella mujer de la cual me he despedido esta mañana, con la promesa de volverla a ver. De manera repentina salgo de mi mente para ser consiente de mi realidad, el dolor me ha despertado, ya no estoy en la calle, me encuentro en un hospital y, mientras trato de recordar lo que ha sucedido, el medico de turno dialoga con mi esposa, ya no tiene su sonrisa en el rostro, ahora está allí, abatida por el sufrimiento mientras él le explica que nunca volveré a caminar, pues las heridas causadas en mi columna son irremediables. Ruido, gritos, lamentos, miedo…Silencio.
Segundo micro- relato
Es una mañana soleada, un día perfecto para salir a marchar y, seguir luchando por la justicia, hay algo en mi corazón que me impulsa a gritar -resistencia-. Ese bendito deseo de protestar ante tanta desigualdad. Al salir de casa he visto la preocupación de mis viejos, porque estos días de manifestaciones han sido especialmente trágicos, sólo he querido decirles que “nos recordamos en los corazones”. Aquí me encuentro en pie de lucha, mi protesta es singular, siempre he pensado que en el arte y la cultura está la mejor forma de manifestar mi inconformismo, por eso bailo y me invento danzas aquí y allá, al mismo tiempo en que animo a los compañeros a no desistir en este clamor común en busca de la paz que merecemos…
Pronto llegaría la noche (así lo cuenta alguien que veía desde la distancia),y aquel grupo de jóvenes seguramente regresaría en unas cuantas horas a sus hogares, a reunirse con sus familias. Pero no fue el caso de Lucas Villa, quien recibió ocho balazos en su cuerpo, lo que le hizo comenzar una nueva marcha, esta vez, sin retorno. Ruido, gritos, lamentos, miedo…Silencio.
No cabe la menor duda de que la relación de estos dos micro-relatos radica en la violencia, manifestada a través de la historia y que ha logrado afectar de diferentes formas al ser humano. Hoy nos toca a nosotros como país reconocer que no somos exentos a vivir esta realidad. Mientras algunos fanáticos se disfrazan de –resistencia- , otros tantos, abusivos, se visten de –seguridad- y, en últimas, ambos grupos causan daños irreparables. Esto hace que el miedo y la incertidumbre abunden en nuestras calles de manera inesperada. Parece que la Bondad no tiene cabida por ningún lado, no se le hace propaganda a quienes luchan por hacer el bien, las noticias son cada vez más desalentadoras.

Por eso la invitación es clara, nosotros como creyentes* y lo digo así, sin hacer distinción entre sacerdotes y seminaristas, porque esta denominación a veces nos eleva a una “dimensión espiritualista” de la cual es muy difícil descender, no se nos olvide que somos ante todo creyentes, testigos de la esperanza, aquella que proviene de un Dios que es Vida, que es paz y sobre todo que es Amor. Nuestro deber será entonces orar, esto es vital y lo sabemos, pero sobre todo la tarea es “estar ahí” y no hablo de una ubicación meramente geográfica (porque dirá alguno, no ve que no dejan salir), sino que hago referencia a esa disposición constante para con aquellos que, primero, necesitan ser escuchados y segundo, requieren de una voz que trasmita esperanza y dé un testimonio de luz y bondad en medio de este valle de lágrimas. Compañeros, el mal, manifestado en la violencia no tendrá la última palabra.
Finalizo aclarando que he querido reflexionar en torno a este versículo del Eclesiastés ya que nos lleva a pensar que en definitiva, la vida es pasajera, es un vapor de vapores o, como dice en otras traducciones, vanidad de vanidades, las situaciones actuales* así lo atestiguan. Por eso en este peregrinaje por la vida la mejor forma de seguir luchando será a ejemplo de quien hoy recordamos de manera especial, la Virgen María* quien en verdad supo -estar ahí- con su entrega, su sencillez y su cercanía ante la angustia y el sufrimiento de ver a su Hijo padecer la injusticia del ser humano, no lo abandonó ni a él, ni a los discípulos. Aprovechemos este espacio de oración para dejarnos guiar por Jesús y María en este camino discipular…
*A todo lector que reconozca el paso de Dios en su vida y la invitación que Él hace a ser instrumento de su justicias, paz y Amor, a ella o a él también hago referencia cuando hablo de -creyente-.
**Escrito realizado en medio del paro Nacional (abril – mayo de 2021) uno de los más violentos en décadas y que deja al país en una nueva situación de gran zozobra.
***Expresado el día de la Virgen de Fátima (Mayo 13)
Sergio Ivan Olaya Angarita .