No es necesario demostrar lo indispensables que son los medios de comunicación social hoy. Son un verdadero signo de los tiempos, que es preciso discernir teológicamente y aprovechar pastoralmente. Como cualquier realidad humana, están sometidos a la ambigüedad: pueden ser instrumentos de desarrollo y comunión, o armas de dominación y alienación. Lo cierto es tienen un poderío singular para convertir el mundo en una aldea, para hacer de él una mesa redonda, para marcar modelos y ritmos a toda una cultura, para abrir paso a la nueva era de la humanidad.
Este poder de los medios de comunicación social (MCS), fascina y produce miedo a la vez, como todo lo poderoso y lo sagrado. Y es por esto que ante los mismos, se generan dos actitudes: los que demonizan los medios y ven en ellos la razón de los males de la humanidad, y los que los absolutizan hasta el punto de esperar de ellos la salvación de la humanidad.
El camino de a Iglesia no puede ser ni la demonización ni la idolatría de los medios, estamos llamados a evangelizar los MCS y evangelizar a través de los MCS con audacia, creatividad y diálogo.
El siguiente texto, es una guía que pretende dar algunas orientaciones y criterios prácticos para la formación de un ministerio de Medios de Comunicación en una parroquia evangelizada, para que se pueda dar una respuesta pastoral a este desafío del mundo postmoderno: